Calificación energética: desde 2030, las viviendas con etiqueta E o inferior no podrán venderse ni alquilarse en la UE. España afronta un reto clave.
Calificación energética: miles de viviendas en España quedarán fuera del mercado en 2030
A partir del 1 de enero de 2030, ninguna vivienda en la Unión Europea con calificación energética inferior a la letra E podrá venderse o alquilarse. Tres años después, en 2033, el mínimo exigido subirá a la letra D. Esta medida, incluida en el Pacto Verde Europeo, busca reducir las emisiones del sector de la construcción, responsable de más de un tercio de los gases de efecto invernadero en la UE.
Impacto en España: un parque residencial envejecido
En España, el desafío es mayúsculo. Según la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), la edad media de las viviendas es de 43,5 años y casi la mitad se construyó antes de que existieran normativas básicas de aislamiento. La mayoría se sitúa en las letras E, F o G del Certificado de Eficiencia Energética (CEE), quedando directamente afectada por la nueva regulación.
La rehabilitación para alcanzar la calificación mínima no es trivial: implica mejorar el aislamiento en fachadas y cubiertas, sustituir ventanas, modernizar sistemas de climatización e integrar energías renovables. El Ministerio para la Transición Ecológica estima que el 85% de los edificios españoles necesitarán intervenciones. Aunque costosas, estas reformas pueden revalorizar el inmueble y reducir facturas energéticas.
Perfiles de viviendas en mayor riesgo
La empresa Sto Ibérica identifica ocho tipos de viviendas especialmente expuestas:
- Construidas antes de 1980 sin reformas energéticas.
- Con facturas energéticas muy elevadas.
- Con humedades, moho y bajo confort térmico.
- En zonas cálidas sin protección solar pasiva.
- Con envolventes sin aislamiento.
- Con ventanas obsoletas.
- Con sistemas térmicos y electrodomésticos antiguos.
- Sin instalaciones que sumen puntos al CEE, como paneles solares o ventilación mecánica.
En un contexto de alta demanda y oferta limitada, las viviendas con calificación F o G podrían convertirse en activos sin valor comercial a partir de 2030.
Cómo funciona y cómo mejorar el Certificado de Eficiencia Energética
El CEE, obligatorio desde 2013 en España, evalúa el consumo anual de energía y las emisiones de CO₂ de un inmueble, clasificándolo en una escala de la A (máxima eficiencia) a la G (mínima). El documento incluye recomendaciones para mejorar la calificación, como:
- Refuerzo del aislamiento en fachadas, cubiertas y suelos.
- Sustitución de ventanas con rotura de puente térmico y doble/triple acristalamiento.
- Instalación de sistemas de climatización de alta eficiencia.
- Incorporación de energías renovables (solar fotovoltaica, térmica, biomasa).
- Ventilación mecánica con recuperación de calor.
- Sistemas inteligentes de gestión del consumo.
Estas medidas no solo cumplen la normativa, sino que aumentan el valor de mercado y reducen el gasto energético. Además, los fondos europeos Next Generation ofrecen subvenciones para la rehabilitación energética.
Para conocer la calificación energética de una vivienda, el propietario o comprador puede consultar la etiqueta en anuncios, la documentación del inmueble o el registro oficial de su comunidad autónoma. El certificado tiene una validez de 10 años y debe renovarse para seguir siendo válido.




















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